domingo, 14 de diciembre de 2008

....sin el poder de las palabras.



Comparto en este enlace, la creencia de que el silencio es el mayor grado ("íntimo") de comunicación....os aseguro haberme sentido genial con alguien, sin necesidad de utilizar las palabras...llamémosle, complicidad de palabras no pronunciadas.

Para describir emociones, no siempre son necesarias las palabras.....eso es lo que hace Lorenzo Quinn....fascina con sus esculturas al mundo ( o por lo menos a mí...)

Hoy me encuentro en ese momento, como una vez me dijeron "empeñando las palabras"...aunque no lo parezca, es algo terrible, porque vuelcas todas tus emociones, pasiones, sueños y esperanzas, en palabras escritas...

Me he parado a pensar en la cantidad de veces que me han escrito, respecto a como me vén las personas a través de mis palabras....y es increible comprobar, que despierto los mismos sentimientos....comprobando también como se desvanecian, porque al fin y al cabo, las palabras no son reales hasta que son pronunciadas directamente a la persona a la que van dirigidas.

La experiencia en este campo no me ha enseñado mucho, siempre tropiezo en la misma piedra, y lo peor de todo, de la misma forma....pero cuando he intentado cambiar mi conducta, para intentar protejer mi corazon, dejo de ser yo, y eso me gusta menos que lo anterior.

Lo cierto es que no conozca a nadie tan imbecil como yo, que crea de esa forma en el comportamiento humano a través de sus palabras...un día dejé de lado mi desconfianza con el mundo, y me lanzé a la aventura de creer, que al igual que yo, soy incapaz de pronunciar o en este caso escribir una palabra, que no sea totalmente sincera....

Su poder, en cualquiera de los casos, es infinito....

La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.

Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.