domingo, 17 de abril de 2011

...sin mis desayunos.

....sin duda, es mi mejor momento del día... siempre claro, que me pueda tomar el tiempo necesario para poder disfrutarlo.

La foto, corresponde al desayuno de ayer, mientras se hacía la hora de acudir a mi penúltima clase de fotografía en el Retiro...en un local al que deseaba ir desde hace tiempo, y ese día llegó...me encantó, aunque es un poco caro...tiene un encanto sencillo, con detalles que te hacen sentirte en paz, no sé como explicarlo, es relajado....

Se llama (H)arina, está decorado en blanco con maderas rústicas...realmente es una panadería...según entras, te encuentras con ésto...
...una maravillosa bicicleta donde encontrarás el periódico, o cuentos para niños...no es encantador?

Mientras me tomaba el café, observaba a mi alrededor y todo me inspiraba fotografiar, y a eso me dediqué, ja,ja,ja a intentar captar los detalles de aquello que me rodeaba,...el desayuno para mí no es solo lo que comes, sino, lo que vives mientras te lo tomas...a veces (como en ésta ocasión) sola, y otras compartiendo una estupenda conversación con amigos....




A través del blog de Teresa, descubrí en un comentario, otro maravilloso blog, The Breakfast lover... dedicado a ese momento especial, que puedes vivir en casa, la cafetería de un hotel, en una terraza...





Ya en mi cumpleaños, Pedro me envió un desayuno a la oficina, con globos y todo, ja,ja,ja genial ¡¡¡...y estas navidades me regalaron un paquete de desayuno, la vida es bella (y lo es mientras no leas o veas las noticias, ja,ja,ja)...me encanta que me sorprendan así...he decidido utilizarlo antes del verano, y desayunar en uno de los hoteles más antiguos de España y llenos de historia, La Posada del Peine...situado estratégicamente, para después hacerme una ruta turística-fotográfica, de mi Madrid....ya me estoy relamiendo ¡¡¡¡ ja,ja,ja.

Os espero con café y tostadas, ó Desayunamos con diamantes? ja,ja,ja.

Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.
Paulo Coelho

martes, 5 de abril de 2011

....sin restos del pasado.

Resulta, que después de más de 15 años, paso todos los dias 4 veces por la puerta de mi primer trabajo...un tiempo que recuerdo con cariño infinito, y del que tanto profesional como personalmente aprendí mucho...

Mi oficina estaba en un local dentro de un edificio de apartamentos, que compartian propiedad privada y explotación turística....el caso es que uno de esos apartamentos, pertenecía al protagonista de éste relato...un piloto de Iberia, de buena presencia, pero baboso como el solo, ja,ja,ja....siempre andaba preguntando cosas sobre viajes, en las que solo quería que le atendiera yo, si me veía ocupada, volvía más tarde...el caso es que yo (como casi siempre) no me doy cueta si me tiran los tejos o no, salvo que sea algo verdaderamente directo....mis compañeras decian: éste viene a por tí, no ves como babea, ja,ja,ja y qué razón tenían ¡¡¡....empezó a traerme neceseres de la compañía, a esperarme a la salida para tomar algo...pero yo lo rechazaba todo, y después de un tiempo, y unos cuantos cortes (eso sí, con una sonrisa, ja,ja,ja) acabó por dejar de insistir...

Cuál es mi sorpresa, que un día al llegar a casa, me cuenta mi hermana, que un tío le ha estado tirando los tejos (ella es más avispada que yo, ja,ja,ja) en la pastelería (que estaba a no más de 2 kms de mi oficina) donde trabajaba....y claro, cuando me dice que es piloto, se lo empiezo a describir...ella alucinada me confirma que es él....casi me parto de la risa, ja,ja,ja

Un poco después, me enteré que solo le gustan las mujeres altas...y yo añado que también jóvenes, porque en esa época debía de rondar los cincuenta y muchos....y yo tenía 20...

Bueno, pués lo gracioso, es que el viernes, parada en el semaforo que hace esquina con dicho edificio de apartamentos, se acerca a mí y me pregunta si soy Karen,(le acompañaba una chica alta y joven), le contesto que no, y no miento, pero se queda totalmente fascinado ante el parecido que tengo con esa tal Karen, que o bien no recordaba mi nombre, o hubo alguna Karen pelirroja de 1,80 en su vida, ja,ja,ja, yo creo que tiene algún tipo de síndrome de azafatas (por eso le gustan altas), ja,ja,ja. Imaginaos, después de tanto tiempo, a pesar del pelo y la barba totalmente blanca, y con más años que el hilo negro, le conocí inmediatamente...él a mí ya no....



Mira hacia atrás y ríete de los peligros pasados.
Walter Scott (1771-1832) Escritor británico.